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La onicocriptosis, conocida comúnmente como uña encarnada o «uña clavada», es una de las patologías ungueales más frecuentes que afectan a los pacientes en consulta. Esta afección se caracteriza por el crecimiento de la uña hacia la piel, provocando dolor, inflamación e incluso infecciones. Aproximadamente entre el 15-20% de los pacientes que acuden a urgencias por problemas podológicos presentan este problema, especialmente en el primer dedo del pie. Aunque la uña encarnada puede afectar a otros dedos, es mucho más común en el dedo gordo.

Los síntomas de la uña encarnada varían según el grado de afectación, pero generalmente incluyen:
El dolor puede comenzar siendo leve, pero a medida que la afección progresa, el dolor se vuelve agudo y constante. Es común que los pacientes experimenten dolor incluso con el roce de la sábana, lo que dificulta el descanso y las actividades cotidianas.
La zona alrededor de la uña afectada se inflama, mostrándose roja, caliente y con hinchazón. La inflamación es uno de los primeros signos de que la uña está comenzando a clavarse.
En los casos más graves, puede haber secreción de pus, lo que indica una infección en curso. Es importante tratar de evitar que esta infección se propague, ya que podría empeorar la situación.
El uso de calzado se vuelve incómodo o incluso intolerable debido a la presión que ejercen los zapatos sobre la uña afectada. Este síntoma es particularmente doloroso para personas que usan calzado deportivo ajustado o calzado laboral con punta de acero.
Las causas más comunes de las uñas encarnadas incluyen:
Usar zapatos ajustados o de punta estrecha es una de las principales causas de las uñas encarnadas. La presión constante sobre la uña favorece su crecimiento hacia la piel, lo que causa dolor e inflamación. Además, los calzados de moda con punteras de goma también han sido identificados como causantes frecuentes de esta patología.
Cortar las uñas de forma incorrecta, especialmente si se les da una forma demasiado redondeada o se dejan bordes afilados, puede contribuir al encarnamiento de la uña al favorecer que la uña crezca hacia la piel.
Algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar uñas encarnadas, debido a la forma natural de sus uñas o a la estructura de sus dedos.
Golpes o lesiones en el dedo del pie pueden alterar el crecimiento de la uña, favoreciendo el encarnamiento.
La sudoración excesiva en los pies crea un ambiente propicio para las infecciones, lo que aumenta el riesgo de que se desarrolle una uña encarnada.
La uña encarnada se clasifica en diferentes grados, según la severidad de la afección:
En este grado, la inflamación es mínima y el dolor es ocasional. No hay signos de infección.
El dolor es constante, y puede haber secreción de líquidos. Es posible que se produzca una infección leve.
Este es el grado más grave, con dolor intenso, inflamación significativa y secreción de pus. Requiere intervención médica urgente.
En el Centro Podológico Henao, nos especializamos en ofrecer soluciones personalizadas para tratar la uña encarnada. Nuestro enfoque integral incluye la evaluación de la causa subyacente del problema, lo que nos permite ofrecer un tratamiento adecuado y eficaz.
Para los casos leves de uña encarnada, recomendamos tratamientos conservadores como:
Cuando los tratamientos conservadores no son suficientes, la cirugía se convierte en la opción más viable. En nuestro centro, ofrecemos diversas técnicas quirúrgicas para resolver el problema de manera definitiva:
La cirugía láser para las uñas encarnadas ofrece múltiples beneficios sobre las técnicas convencionales:
¿Estás cansado de vivir con dolor o molestias en tus pies? En el Centro Podológico Henao, pioneros en cirugía láser en Bilbao, te ofrecemos una solución definitiva y mínimamente invasiva.