El ejercicio Terapéutico en Podología: recuperación y prevención a través del movimiento

El movimiento como base de la recuperación

 

El cuerpo humano está diseñado para moverse, y el pie es una de las estructuras clave en esa función. Cada paso que damos implica un complejo sistema de músculos, articulaciones y tendones que trabajan en conjunto. Sin embargo, cuando hay dolor o tenemos una lesión, muchas veces evitamos el movimiento por miedo a empeorar la situación.

 

El problema es que la inmovilidad prolongada puede ser contraproducente. La falta de estímulo muscular y articular no solo retrasa la recuperación, sino que también puede generar compensaciones y debilidad en otras áreas del cuerpo. Por eso, el ejercicio terapéutico en el campo podológico es fundamental: permite restaurar la movilidad, fortalecer estructuras clave y mejorar la estabilidad para evitar recaídas.

 

Muchos trastornos del pie, como la fascitis plantar, la tendinopatía del Aquiles o el pie plano, no se resuelven únicamente con tratamientos “pasivos”. Si no se trabaja el movimiento de forma progresiva y controlada, el riesgo de que el dolor reaparezca es muy alto. Por eso, en nuestra clínica de podología en Bilbao, aplicamos una metodología diferente, y con un enfoque bien estructurado basado en:

 

  • Valoración biomecánica: es la clave para detectar alteraciones en la pisada y posibles compensaciones.  Es la base para un buen razonamiento clínico, permitiéndonos comprender como se mueve cada paciente, identificando posibles alteraciones biomecánicas y en consecuencia diseñar tratamientos específicos y altamente efectivos. 

 

  • Ejercicios de movilidad y analgesia: imprescindibles para aliviar el dolor y restaurar el rango articular de cada una de las estructuras. 

 

  • Fortalecimiento y estabilidad: primordial para mejorar el control motor y evitar sobrecargas. Nadie quiere tropezarse con las alfombras de casa, sino sentirse joven y vital. 

 

  • Trabajo aeróbico y funcional:  esencial para optimizar la eficiencia en la marcha, el deporte y en la vida en general. ¿Si no trabajamos el musculo, quien va a proteger a nuestros huesos?



“La clave está en entender que el movimiento no es solo una parte de la rehabilitación, sino el centro de un tratamiento efectivo y duradero.”

 

Profundicemos un poco más punto por punto y basándonos en la evidencia científica…

 

  1. Valoración biomecánica: Detectando alteraciones en la pisada

 

Una valoración biomecánica adecuada es el primer paso para comprender el origen del problema que nos trae el paciente. La pisada y la alineación del pie pueden influir en la mecánica de todo el cuerpo, afectando rodillas, caderas y columna.

 

Estudios han demostrado que alteraciones como la pronación excesivamente aumentada pueden estar asociadas con patologías como la fascitis plantar, la tendinopatía del tibial posterior o el síndrome de estrés tibial medial (Neal et al., 2014). Asimismo, la evaluación de la marcha mediante plataformas de presiones y análisis, permite identificar patrones de compensación que podrían predisponer a lesiones (Mills et al., 2019).

 

En nuestra clínica, realizamos estudios biomecánicos para personalizar el tratamiento y evitar que las lesiones se repitan en el futuro.



  1. Ejercicios de movilidad y analgesia: Restaurando el movimiento sin dolor

 

El dolor puede generar miedo al movimiento, lo que lleva a una inmovilización innecesaria. Sin embargo, estudios han demostrado que estrategias activas, como la movilización articular y los ejercicios de movilidad, son más efectivas a largo plazo que el reposo absoluto (Babatunde et al., 2017).

 

Ejercicios como las movilizaciones del tobillo con carga, los estiramientos de la fascia plantar y la liberación miofascial han demostrado mejorar la flexibilidad y reducir el dolor en patologías como la tendinopatía aquílea y la fascitis plantar (Rathleff et al., 2015). Además, técnicas como las movilizaciones con movimiento (MWM) pueden mejorar la amplitud articular de forma inmediata y sin aumentar el dolor (Vicenzino et al., 2017).



  1. Fortalecimiento y estabilidad: Claves para prevenir sobrecargas

 

La debilidad de la musculatura intrínseca del pie y de la cadena posterior está relacionada con múltiples patologías podológicas. Ejercicios de fortalecimiento, como el “short foot exercise” o la propiocepción sobre superficies inestables, han demostrado mejorar el control motor y la estabilidad del pie (McKeon et al., 2015).

 

El fortalecimiento específico también juega un papel crucial en la recuperación de lesiones. Por ejemplo, programas de carga progresiva han mostrado ser altamente efectivos en el tratamiento de tendinopatías aquíleas y rotulianas (Silbernagel et al., 2007). En nuestra clínica, diseñamos programas de ejercicios adaptados a cada paciente para mejorar su funcionalidad y reducir el riesgo de recaídas.



  1. Trabajo aeróbico y funcional: Optimizando la eficiencia del movimiento

 

El ejercicio aeróbico no solo es fundamental para la salud cardiovascular, sino que también favorece la recuperación en lesiones musculoesqueléticas. Se ha demostrado que el trabajo aeróbico de baja a moderada intensidad puede reducir el dolor y mejorar la función en pacientes con dolor crónico (Sluka et al., 2018).

 

Además, incluir ejercicios funcionales que simulen actividades diarias o deportivas mejora la transferencia del entrenamiento a la vida real. En casos de rehabilitación postquirúrgica, el trabajo funcional progresivo permite recuperar patrones de marcha eficientes y prevenir atrofias musculares (Eng & Tang, 2007).



En resumen… el movimiento y el ejercicio son herramientas fundamentales para tratar y prevenir lesiones del pie. Nuestro enfoque basado en la evidencia científica, garantiza una recuperación efectiva y duradera. Si sufres dolor o molestias al caminar, no dudes en consultarnos: el tratamiento adecuado puede marcar la diferencia en tu calidad de vida.




Preguntas Frecuentes

 

¿Por qué es importante moverse después de una lesión en el pie?

 

El movimiento controlado favorece la recuperación de los tejidos, mejora la circulación y evita la pérdida de fuerza y movilidad, reduciendo el riesgo de recaídas.

 

¿Cuáles son los mejores ejercicios para mejorar la movilidad del pie?

 

Movilización del tobillo, estiramientos de la fascia plantar y ejercicios de propiocepción ayudan a mejorar la funcionalidad del pie.

 

¿Es suficiente con usar plantillas o necesito hacer ejercicio?

 

Son herramientas que debemos combinar para conseguir unos resultados óptimos. Las plantillas nos generan una ventaja mecánica fundamental, pero si no se fortalece la musculatura del pie y pierna, no conseguiremos resultados duraderos y a largo plazo. Recuerda que en el pie también tenemos músculos, ¡y también hay que trabajarlos!!



¿Cómo prevenir lesiones en personas activas o deportistas?

 

Un plan de ejercicios que incluya movilidad, estabilidad y fortalecimiento es clave para evitar sobrecargas y mejorar el rendimiento.

 

En Centro Podológico Henao integramos el ejercicio terapéutico como parte fundamental de nuestros tratamientos. Si quieres una recuperación efectiva y duradera, ¡consulta con nosotros!



¿Por qué es importante una valoración biomecánica antes del tratamiento?

 

Porque permite identificar alteraciones en la pisada y compensaciones musculares, personalizando el tratamiento para una recuperación efectiva.

 

¿Qué ejercicios son más efectivos para mejorar la movilidad del pie?

 

Movilizaciones articulares, estiramientos de la fascia plantar y ejercicios de propiocepción han demostrado mejorar la funcionalidad del pie.



¿Las plantillas ortopédicas sustituyen al ejercicio terapéutico?

 

No, las plantillas personalizadas no sustituyen al ejercicio terapéutico. Tanto las plantillas como los ejercicios son herramientas fundamentales dentro de nuestro arsenal terapéutico y actúan de manera sinérgica. La combinación de ambos enfoques ofrece un tratamiento más completo y efectivo en prácticamente cada caso que vemos en consulta. 



¿Este tipo de tratamiento se adapta a todas las edades?

 

Sí. Desde niños con alteraciones en el desarrollo de la marcha hasta adultos mayores con pérdida de movilidad o estabilidad, los ejercicios, al igual que cualquier otro tratamiento, se individualizan y adaptan a cada caso. El movimiento es salud y, por tanto, es clave en todas las etapas de la vida.



¿Cuánto tiempo tarda en notarse la mejoría con estos ejercicios?

 

Depende del tipo de lesión y la constancia del paciente, pero en la mayoría de los casos se observan mejoras en pocas semanas. Un plan personalizado y bien guiado acelera la recuperación.


Si buscas una recuperación basada en el movimiento y la evidencia científica, en Centro Podológico Henao podemos ayudarte. ¡Contáctanos!

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